martes, 30 de enero de 2018
La Animación a la lectura en Educación Infantil
La animación a la lectura en Educación
Infantil:
El proceso de
animación a la lectoescritura en educación infantil, es fundamental en el
curriculum de esta etapa: el acceso a la riqueza que supone la literatura es un
recurso fantástico para potenciar todas las competencias lingüísticas de los
alumnos, pero además mejora elementos creativos, artísticos, aumenta la
sensibilidad, potencia la empatía, desarrolla la educación emocional… ayuda a
la consecución de todas las competencias educativas que se trabajan en esta
etapa.
Todas las
estrategias que se esbozan se pueden utilizar en los tres
niveles de infantil, adaptándolas a la capacidad de atención de los alumnos, su
nivel de motivación, sus competencias comunicativas y peculiaridades propias de
cada niño.
Lo
interesante es integrar los elementos de animación a la lectura, los libros, en
su propia rutina diaria: el momento de
lectura diario en la asamblea de distintos tipos de texto es fundamental
para disfrutar de historias, para aprender vocabulario, para fomentar la
creatividad, para realizar actividades de comprensión oral. Esta actividad se
realiza en todos los cursos de infantil, adaptándose tanto al nivel
competencial de los alumnos como a sus peculiaridades, utilizando distintos formatos:
desde cuentos grandes, hasta desplegables, cuentos con pictogramas, siempre
adaptados a sus intereses y valores que queremos trabajar.
Es
importante tener una biblioteca de aula
atractiva, con distintos formatos que gusten a los niños y que puedan manejar
como un rincón diario, tanto individualmente como en parejas, para iniciarles
en el gusto por la lectura libre.
Otro
elemento fundamental para este proceso es la orientación tutorial a las familias para facilitarles estrategias
que fomenten el amor a la lectura: animarles a leer en casa, a contarles
cuentos, a disfrutar de momentos de lectura… es una forma de potenciar estas
capacidades.
Facilitar
el acercamiento a la lectura a través del teatro,
tanto de títeres como de dramatizaciones es otra forma de animar a disfrutar de
la lectura: cuentacuentos,
asistencia a obras de teatro adaptadas a su edad, dramatizaciones hechas por ellos… son estrategias que interiorizan
el gusto por el arte escénico, y su aproximación más lúdica.
En
estas actividades pueden participar los padres, e incluso los abuelos, ya que
se pueden preparar talleres de
cuentacuentos donde las familias sean las que se los cuenten y poder
disfrutar de ese momento mágico que es disfrutar de una buena historia.
Otro
instrumento valiosísimo es la actividad de las maletas viajeras, que pretenden realizar una animación a la lectura
de toda la familia, procurando que sea una actividad para toda la familia.
Dichas maletas irán rotando por los hogares de los niños para que durante una
semana puedan disfrutar en casa de las propuestas literarias que el cole les
da.
El trabajo de animación a la lectura
va unido ineludiblemente a la adquisición del proceso lectoescritor,
realizándose una aproximación natural y global al aprendizaje del lenguaje escrito, basándose en los elementos
pragmáticos del aula: tanto letras como números se aprenden en las rutinas
propias de infantil: pasar lista, colgar chaquetones, guardar fichas, repartir
materiales… es el elemento práctico el que hace que ellos se esfuercen por
discriminar grafías y números, y así irlo asimilando a su bagaje intelectual,
de una forma global y natural.
Así mismo, el
aprendizaje de las grafías viene dado por ese elemento pragmático, y se
secuencia según la madurez del niño: desde poner el nombre a su trabajito, que
ya se hace en tres años, hasta hacer una receta o nota para casa en los más
mayores. Es a partir de este elemento pragmático en el que se introduce la
lectoescritura, ya que el dominio de esas destrezas les hará descubrir esos libros
tan bonitos que hojea en la biblioteca, y disfrutar no sólo de los dibujos sino
de lo que realmente dice.
Un punto
importante en esta animación a la lectura es la habituación al uso de la biblioteca del centro, e
incluso la visita a la biblioteca municipal: así pueden aprender no sólo la
cantidad de libros que hay, sino los protocolos de uso y disfrute de los
mismos: cómo se organizan en la biblioteca, las rutinas y normas de
comportamiento en la biblioteca, el uso del carnet de lector… es aprender a ser
mayores, y el aprendizaje de la lectura es su salvoconducto.
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